La fotografía de comida me apasiona. Tratar con cocineros me resulta estimulante, y son trabajos que disfrutamos mutuamente. Me entiendo bien con la gente a la que le gusta su trabajo, y los cocineros encuentran en mi un aliado para sacar el mayor partido a sus creaciones.
Es divertido darle mil vueltas a un plato, compartir mutuamente nuestras pasiones, reírnos por las ideas descabelladas que plantea cada uno y acabar suspirando cuando al fin conseguimos esa imagen que lo expresa todo: olores, sabores, texturas… Cuando conseguimos que lo que se ve de a entender todo lo que hay detrás de ese plato… qué pasada! es entonces cuando por fin te puedes ir tranquilo a casa.